"Si teacordas...o sabes" realizo una exhaustiva cobertura de verano través de sus corresponsales en todo el país, tratando de captar imágenes de los integrantes de Los Dinos en el período de pre-temporada y poder definir a los titulares que conformarán el plantel para el año 2009.
En este caso, nuestra corresponsal “La Bichi” desde la costa Atlántica realizó un impecable seguimiento muy de cerca a dos de los legendarios integrantes, que ocupan las posiciones de atacante y el otro central, ambos casi fundadores de esta histórica institución social y consecuentemente deportiva.
Casi mimetizada con los transeúntes playeros pudo capturar en su cámara estas lamentables imágenes de quienes, hasta hace poco, nos deleitaban con su juego letal y certero en cada acción, pero que golpe a golpe, de un tiempo a esta parte, fueron perdiendo brillo. Hasta uno de ellos, en un estado de desesperación por la irreversible caída en el rendimiento, recurrió al entrenamiento personalizado en manos de Pingui, que si bien utilizó todos los recursos habidos y por haber en las instalaciones de un conocido centro deportivo, y adaptó los más complejos programas de alto rendimiento, nada pudo lograr en un casi ex deportista en persistente actividad, que ya ha pisado hace tiempo su umbral de exigencia máxima. Hablamos concretamente de Gramaglia que hoy lucha incansablemente por salir del oscuro momento deportivo en el que se encuentra atrapado, y de ese paupérrimo umbral de rendimiento en el que nadie quisiera caer.
Más allá de las duras pero reales estadísticas de juego que lo deja en evidencia como el atacante más errático del equipo, podemos ver que aún no se resigna a dejar vacante su puesto, y sabemos además con certeza, que ha estado haciendo muchos sacrificios en la temporada de verano…sacrificó 5 lechones, 3 chivos, 2 corderitos y 8 pollos en su mansión de El Trébol (Santa Fe); que de no ser por los vecinos que lo conocen bien desde chico, ya lo habrían acusado de encabezar una secta satánica dedicada a rendir cultos a través del ritual de sacrificio de animales.
En un pasaje del partido, cuya foto se muestra en la parte inferior de esta nota, se llegó a escuchar un grito a viva voz desde el agua y dirigido a nuestro personaje en cuestión que dijo “…escupí el escarabajo!!” y luego trascendió que se trataría del mismo individuo que le gritó al Ogro Fabiani que escupa el fitito en un partido contra Rosario Central en cancha de ellos.
Al menos a los dos les queda algo de vergüenza y prefirieron posar para la foto con la remera puesta, y más allá de esta nota de color, hay que reconocer que estos carismáticos jugadores aportan, no solo mucha experiencia al equipo, sino que además contagian día a día las ganas de superarse a quienes compartimos con ellos cada entrenamiento, y que nos han enseñado a superar difíciles escollos, como ser las operaciones a las que se sometieron: la petrificación ósea de la rodilla en el caso de Rufiner y la de meniscos en el caso Gramaglia, a la que ya nos hemos ocupado en ediciones anteriores. Pero que sin embargo y a pesar de ello, hoy se siguen poniendo las rodilleras y tratando de mostrar las palmas más allá de los 2.45 m de altura de la red, demostrándonos a los que venimos desde atrás, que la más cuidada seguirá siendo la pelota y que el juego audaz y alegre seguirá brillando en este equipo de luchadores contra los castigos del tiempo, y que lo último que se resigna es el placer y la diversión que genera un peloteo entre un puñado de viejos y amigos.
(por si les cuesta reconocerlos....cosa que no creo, son los dos que visten pantalon negro)En este caso, nuestra corresponsal “La Bichi” desde la costa Atlántica realizó un impecable seguimiento muy de cerca a dos de los legendarios integrantes, que ocupan las posiciones de atacante y el otro central, ambos casi fundadores de esta histórica institución social y consecuentemente deportiva.
Casi mimetizada con los transeúntes playeros pudo capturar en su cámara estas lamentables imágenes de quienes, hasta hace poco, nos deleitaban con su juego letal y certero en cada acción, pero que golpe a golpe, de un tiempo a esta parte, fueron perdiendo brillo. Hasta uno de ellos, en un estado de desesperación por la irreversible caída en el rendimiento, recurrió al entrenamiento personalizado en manos de Pingui, que si bien utilizó todos los recursos habidos y por haber en las instalaciones de un conocido centro deportivo, y adaptó los más complejos programas de alto rendimiento, nada pudo lograr en un casi ex deportista en persistente actividad, que ya ha pisado hace tiempo su umbral de exigencia máxima. Hablamos concretamente de Gramaglia que hoy lucha incansablemente por salir del oscuro momento deportivo en el que se encuentra atrapado, y de ese paupérrimo umbral de rendimiento en el que nadie quisiera caer.
Más allá de las duras pero reales estadísticas de juego que lo deja en evidencia como el atacante más errático del equipo, podemos ver que aún no se resigna a dejar vacante su puesto, y sabemos además con certeza, que ha estado haciendo muchos sacrificios en la temporada de verano…sacrificó 5 lechones, 3 chivos, 2 corderitos y 8 pollos en su mansión de El Trébol (Santa Fe); que de no ser por los vecinos que lo conocen bien desde chico, ya lo habrían acusado de encabezar una secta satánica dedicada a rendir cultos a través del ritual de sacrificio de animales.
En un pasaje del partido, cuya foto se muestra en la parte inferior de esta nota, se llegó a escuchar un grito a viva voz desde el agua y dirigido a nuestro personaje en cuestión que dijo “…escupí el escarabajo!!” y luego trascendió que se trataría del mismo individuo que le gritó al Ogro Fabiani que escupa el fitito en un partido contra Rosario Central en cancha de ellos.
Al menos a los dos les queda algo de vergüenza y prefirieron posar para la foto con la remera puesta, y más allá de esta nota de color, hay que reconocer que estos carismáticos jugadores aportan, no solo mucha experiencia al equipo, sino que además contagian día a día las ganas de superarse a quienes compartimos con ellos cada entrenamiento, y que nos han enseñado a superar difíciles escollos, como ser las operaciones a las que se sometieron: la petrificación ósea de la rodilla en el caso de Rufiner y la de meniscos en el caso Gramaglia, a la que ya nos hemos ocupado en ediciones anteriores. Pero que sin embargo y a pesar de ello, hoy se siguen poniendo las rodilleras y tratando de mostrar las palmas más allá de los 2.45 m de altura de la red, demostrándonos a los que venimos desde atrás, que la más cuidada seguirá siendo la pelota y que el juego audaz y alegre seguirá brillando en este equipo de luchadores contra los castigos del tiempo, y que lo último que se resigna es el placer y la diversión que genera un peloteo entre un puñado de viejos y amigos.
Gracias “Bichi” por las imágenes.
P.D.: Solcito estamos esperando tu material desde la zona centro del país. Gracias
P.D.: Solcito estamos esperando tu material desde la zona centro del país. Gracias
.