Uno puede descubrir muchos “viajes de ida”…unos son peligrosos y otros contrariamente no lo son.
Hoy voy a tratar de explicar lo inexplicable, porque difícilmente los intelectuales puedan describir una pasión, y menos yo.
Tampoco voy a poder definir uno de los dos conceptos anteriormente nombrados, ya que hasta el momento y por mi corta experiencia, no pude descubrir si ésta es una actividad beneficiosa…o peligrosa, ya que he visto amigos correr riesgos innecesarios por lograr un ejemplar, y hasta escaparse de su casa por un momento junto al río, argumentando que la pesca es como el casino...cuando sacas volvés porque queres seguir sacando, y cuando no sacas nada...también volvés.
Lo que sí pude confirmar es que es “un viaje de ida”.
Basta con que se cumpla una condición, que es sine qua non y común a todas las actividades que uno prueba iniciarse, y es que las primeras experiencias no sean nefastas ni frustrantes, para continuar con la actividad.
Pero hay quienes hemos aprendido a vivir la pesca de otra manera, y es concebir la práctica de una actividad sin lograr el objetivo concreto a simple vista: …”un pez”
Pero a pesar de ello, disfrutarla, aprenderla y practicarla, porque sabemos que un pez es un “valor agregado” a nuestro día de pesca, y que esta locura comienza mucho antes de ese día.
Lo primero que uno pretende cuando se inicia en este sano vicio es querer saberlo TODO: lo cual es algo apenas inalcanzable.
Uno pretende aprender a “castear”, o sea lanzar una línea con la caña, saber usar las líneas de diferente peso, saber qué tippet agregar al final del lider, saber de qué se está alimentando el pez por los movimientos que éste manifiesta sobre la superficie del agua, cual es el insecto, en qué estadío de su evolución se encuentra para saber que mosca presentar, si una Caddis, streamers, ninfa, etc y saber atar tus propios señuelos.
Pero el nene cruel que va con su lata al río y te saca una trucha de 5 kilos al lado tuyo, esto no lo sabe.
Otras de las cosas que uno quiere aprender cuando ya está “en viaje” es conocer sobre otros ríos y aprender a pescarlos…si si si, dije bien “pescar los ríos”, es un término muy deportivo, porque ya no te preocupa capturar la trucha sino, aplicar todo este folclore de la preparación del equipo, los mates del camino, las anécdotas, la vianda, las fotos de paisajes, etc. pero en otro lugar desconocido o no tan habitual, y lo más importante de todo: la construcción de amistades basadas en compartir éstas experiencias y éste deporte que se transmite de padre a hijo, y de generación en generación.
A los que tienen el valor adquirido de cuidar la especie y el ambiente natural y aprender a disfrutarlo, les deseo en EL DIA DEL PESCADOR DEPORTIVO un feliz día y BUENA PESCA PARA ESTA TEMPORADA.