sábado, 14 de julio de 2007

OJO CON EL PARO DOCENTE


Este es un mensaje de alerta para todas las mujeres que por uno u otro motivo, asisten a la marcha docente o a cualquier otro tipo de reuniones en la vía pública.
Creo que será útil leer este mensaje de advertencia ya que lo que me pasó a mi le podría pasar a cualquier mujer y de cualquiler edad.
Hace pocas noches concurrí a la conocida manifestación docente frente a la casa de gobierno, el clima estaba un poco frio y corria algo de viento; había bastante gente y yo buscaba un lugar de reparo entre la muchedumbre para no helarme tanto cuando de repente un señor que estaba detrás mio, me dijo que si no me molestaba que él se quedara detrás mio para pararme un poco el viento. El hombre me inspiró confianza de entrada ya que era de buena apariencia, alto de unos treinta y cinco años de edad, usaba una barba candado muy prolijamente recortada, con algunas canas sobre sus orejas y contextura atlética. Su higiene personal era más que perfecta por lo que pensé que en medio de tanta gente no sería riesgoso acceder a que se quedara a mi espalda y le dije que si.
El poco aire que llegaba a mi me traía el aroma de su perfume francés de buena calidad, al rato la gente motivada por los cantos de protesta se movía y a veces saltaba, por lo que el hombre de vez en cuando me rozaba un poco con su pecho y colocaba suavemente su mano en mi hombro para estabilizarse. En uno de esos movimientos me sujetó con las dos manos y sin darme cuenta empezó a acariciar mis hombros disimuladamente. No quise hacer un escándalo en medio de tanta gente por eso esperé un lugar más adelante para cambiarme de sitio. Luego se puso más insistente y bajó una de sus manos a mi cintura mientras me tomaba fuerte y delicadamente con su otra mano de mi hombro; me trajo más cerca suyo y comenzó a introducir su mano por debajo de mi abrigo, en medio del calor que su cuerpo emanaba sentí su excitación ya muy avanzada cuando de repente me apretó contra él sujetándome de mis partes íntimas. Bajó su otra mano y en un santiamén me sacó la billetera de mi cartera y se fue rápidamente entre la gente donde no pude alcanzarlo.
El desgraciado me robó el dinero que llevaba sin que yo pudiera hacer nada.
Esto me pasó el viernes pasado, el domingo, ayer también y seguro que si mañana vuelo a la manifestación me roba de vuelta.
Por eso chicas les mando este mensaje para que no sean tontas y no dejen que las roben.

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